Melissa Vega
“Detrás de toda mujer poderosa, hay un perro que la sigue hasta al baño…”
El movimiento feminista ha ido evolucionando, trascendiendo las fronteras originales para incluir una visión más amplia de justicia. Hoy en día, cada vez más activistas feministas ven la opresión de las mujeres como algo interconectado con la opresión de otras especies. Esta perspectiva busca una justicia más amplia, que no solo se limite a los humanos, sino que se extienda a todos los seres que comparten este planeta con nosotros.
La justicia social es uno de los pilares de la filosofía feminista
Sabemos que las estructuras de poder y opresión afectan de manera desproporcionada a los más vulnerables. Y si bien las mujeres hemos sido históricamente oprimidas, lo mismo ocurre con los animales, quienes a menudo se ven reducidos a objetos de explotación. El rescate y la adopción de animales se convierten en actos de justicia porque nos invitan a cuestionar esos sistemas de poder, a crear un espacio en el que todos los seres —humanos y no humanos— puedan tener una oportunidad de ser tratados con dignidad y respeto.
Al igual que las mujeres, los animales tienen derechos, y su opresión debe ser vista a través de una lente de justicia.
Al adoptar un animal rescatado, estás desafiando esas estructuras. Este acto de amor y de acción se convierte en un grito por una sociedad más equitativa, un reflejo de que la justicia no tiene fronteras.
Empatía como puente hacia la liberación
El feminismo también nos enseña a cultivar empatía, a reconocer que el sufrimiento de otros no puede ser ignorado. La empatía hacia los animales es una extensión de esa misma sensibilidad que nos lleva a luchar por los derechos humanos. Adoptar un enfoque de empatía hacia los animales significa reconocer sus emociones, sus sufrimientos, y sus deseos, en lugar de verlos como seres separados de nuestra experiencia. En ese proceso, la adopción no solo cambia la vida de los animales, sino que también transforma la vida de quienes deciden abrirles las puertas de su hogar. Es una invitación a tomar conciencia de la interconexión entre todas las formas de vida, a recordar que somos parte de un todo.

Feminismo y Derechos de los Animales
La interseccionalidad es un concepto clave en el feminismo porque nos permite entender que las opresiones no ocurren de manera aislada. El sexismo, el racismo y el especismo (la discriminación hacia los animales) están entrelazados. Si bien nuestras luchas pueden tomar diferentes formas, todas están dirigidas hacia el mismo fin: la liberación de aquellos que sufren y son oprimidos.
El rescate y la adopción de animales son, en este sentido, actos profundamente interseccionales. No podemos luchar por los derechos de las mujeres sin considerar cómo otras formas de opresión, al comprender esta conexión, entendemos que la justicia para las mujeres y los derechos de los animales son dos caras de la misma moneda. Somos parte de un mismo tejido, y nuestra liberación colectiva pasa por reconocer y cuestionar todas las formas de injusticia.
Vender animales, ¿es legal?
Rescate, Adopción y Transformación Social
El rescate y la adopción de animales no son solo actos de compasión, sino también actos de resistencia. Al ofrecer un hogar a un ser vulnerable, estamos desafiando las estructuras de poder que perpetúan el sufrimiento. Y lo que es más, estamos viviendo los valores más profundos del feminismo: justicia y empatía. La lucha por la justicia social no tiene fronteras: es un llamado a la liberación de todos los seres, independientemente de su especie.
La protección, la empatía, los derechos deben ser para todo ser viviente y vulnerables.
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